La adopción institucional del Bitcoin y otras monedas (stablecoins de momento) parece ir por buen camino: esta semana se firmó la ley de stablecoins en USA que permite regular estas monedas y que asegurarse que cuenten con los respaldos necesarios para dar validez a las mismas.

Como sabemos, el precio de las criptomonedas no deja de subir y bajar al ritmo de factores externos (guerras, declaraciones polémicas, caída/subida del petróleo, etc). Entendemos que muchos quieran defender al Bitcoin como refugio a las crisis, que es oro digital, etc, pero no, el Bitcoin y por extensión el resto de las criptomonedas están fuertemente influenciados por agentes externos, no deberían afectar por ser sistemas aparte, pero sucede al final de cuentas.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha habido una mayor relajación en cuanto a la aceptación de Bitcoin en los asuntos del estado. Pero no nos engañemos, Donald Trump no es un bitcoiner, pero si ha dado algunas concesiones en cuanto a la aceptación de la criptomoneda más popular.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a un acuerdo el año pasado (2024) con El Salvador para prestarle dinero a la nación centroamericana con una clara condición: dar marcha atrás a toda adopción del Bitcoin. Pero ese acuerdo no implicaba que El Salvador siguiera comprando Bitcoins, ¿o si?